8 de febrero de 2009

Simplemente Zweig

Hoy quiero hablaros de otra de mis grandes pasiones literarias, Stefan Zweig, que sin lugar a dudas, much@s de vosotr@s habréis leido y con el que habréis disfrutado de tantas y tan buenas horas como lo hago y lo he hecho yo.

Mi primer acercamiento a Zweig fue en sus memorias, El mundo de ayer. Memorias de un europeo, la crónica de una época y de una Europa convulsa, la de entreguerras, a través de la pluma y de los ojos del escritor y periodista judío exiliado, en los EE.UU., acostumbrado en el pasado a relacionarse con lo más granado de la intelectualidad del viejo continente. Viajero impenitente, escritor de pluma fácil y fascinante, esta autobiografía me permitió vislumbrar al escritor formidable que en realidad Zweig fue. Y curiosamente me inicié en su literatura con su última obra, la de un humanista desesperanzado que pocos meses después decidiría suicidarse...muchos paralelismos con otro excelente de la literatura centroeuropea del XX, Sandor Marai.

Si su autobiografía fue la primera obra de carácter histórico que pude leer de este escritor, Novela de ajedrez fue el primero de sus cuentos o novelas cortas que cayó en mis manos. E inauguró el idilio que mantengo con la obra del austriaco desde ese momento. Hasta entonces yo había cuestionado el interés y la validez del cuento como género literario; pero si hay un terreno narrativo donde Zweig demuestra todo su talento es precisamente en el cuento, en la novela corta, de 60 páginas y casi anecdótica, que convierte en obra maestra para empezar, zambullirse, y leer del tirón en un trayecto de metro, en la consulta del dentista, o en una tarde relajada en el banco de un parque. Y no penséis, por esta definición, que es un escritor frívolo o banal. Nada más lejos de la realidad.

Porque su escritura se caracteriza por un agudo retrato psicológico de los personajes, por la intromisión en los sentimientos más profundos. Sin huir de la crudeza, de la verdad más descarnada. Sin evitar la suciedad de la vida. En Ardiente secreto asistimos al descubrimiento amargo y doloroso por parte de un niño, del idilio adúltero que su madre mantiene con un militar, en unas vacaciones de verano. En Carta de una desconocida (que habréis visto en versión cinematográfica de extremado romanticismo de Max Ophüls con Joan Fontaine y Louis Jourdan) un vividor recibe la carta desesperada de una mujer a la que había olvidado y que le amó hasta la muerte. Amok y la pasión desatada en el trópico entre fiebres enloquecedoras; Leporella, o la pobre criada fea, noble e improbablemente enamorada; Veinticuatro horas en la vida de una mujer, que cambian la vida de dos personas para siempre...y tantos y tantos otros libros, novelas cortas, estudios biográficos, que han hecho de este escritor mi narrador favorito, un encuentro siempre esperado y lleno de promesas cada vez que cae en mis manos la reedición de uno de sus libros en Acantilado. De verdad deseo que lo disfrutéis tanto como yo.

http://usuarios.lycos.es/liberbabelium/apdf/L001.pdf

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustó mucho El mundo de ayer pero tengo un recuerdo fantástico del primer libro que leí de él: "Momentos estelares de la humanidad", en el que relata 14 episodios históricos. Impresionante por ejemplo su narración de la caída de Constantinopla a mano de los turcos... No te la pierdas!

Violeta del río dijo...

Zweig es, desde mi punto de vista, el más grande escritor centroeuropeo del siglo XX. He disfrutado y disfruto con cada una de sus páginas, con cada una de sus palabras, tan mágicamente entrelazadas... De acuerdo con todas las obras que comentas, Marta. De acuerdo con Uxío en "momentos estelares". El útimo, que Acantilado acaba de publicar este mes es "Mendel el de los libros", un cuento sobre los libros de viejo y la dignidad, que Zweig situa en el salón de un café vienés, de esos tan característicos.

Cada año, cuando comienzo a hablar de Sigmund Freud a mis alumnos, les leo el emotivo discurso que Zweig escribió para leer ante el ataúd del gran humanista un 26 de septiembre de 1939 en el crematorio de Londres. Se encuentra publicado, junto a otros escritos, en un volumen titulado "Tiempo y Mundo", altamente recomendable.

Mi primer encuentro con él tuvo lugar gracias a "El mundo de ayer" y nunca olvidaré una frase que quedó grabada indeleblemente en mi memoria "nací en un imperio grande y poderoso - la monarquía de los Habsburgos- pero no se molesten en buscarlo en el mapa: ha sido borrado sin dejar rastro. (...) Ahora soy un ser de ninguna parte, forastero en todas; huésped en el mejor de los casos. (...) Para mi profundo desagrado, he sido testigo de la más terrible derrota de la razón y del más enfervorizado triunfo de la brutalidad, nunca jamás sufrió una generación tal hecatombe moral, y desde tamaña altura espiritual, como la que ha vivido la nuestra".
Humanista, gran escritor, filósofo y moralista, amigo de los más grandes, Freud, Rodin, un brillante intelectual que sufrió hasta que no fue capaz de aguantar más la barbarie, la degenaración y la destrucción del ideal europeo. Gracias a Zweig me declaro absolutamente europeísta.

Me gustaría mencionar, junto a Zweig, a otros dos grandes (Marai aparte): Joseph Roth, ver "la filial del infierno en la tierra" o "La leyenda del santo bebedor"(también se suicidó) y Arthur Schnitzler, con obras como "La señorita Else" o "El destino del barón Von Leisenbohg".

Para terminar, la Editorial Papel de Liar acaba d epublicar, por primera vez en España "Destellos de vida" las memorias de Friderike Zweig, primera mujer del autor,a poyo incondicional y gran amiga de él hasta la muerte. Reposa en mis estanterías desde hace dos días y estoy deseando acabar con lo que tengo entre manos para "hincarle el diente".

eMe dijo...

Estoy deseando leer el de Mendel, que he tenido ocasión de hojear, y me ha abierto un apetito voraz por engancharlo con un par de horitas de tiempo para sorberlo a gusto. Uxio, Momentos estelares lo tengo pendiente...pero en el "debe"

Banyuken.es dijo...

Yo sólo he leído "novela de ajedrez" y "carta de una desconocida", pero espero que no sean los últimos.

eMe dijo...

Deberías animarte...yo no puedo contar la cantidad de horas maravillosas, entretenidas, siempre especiales, que eh pasado con sus libros entre mis manos