6 de abril de 2009

Abrazos rotos

He visto la última peli de Almodóvar... Original, teatral, melodramática, son adjetivos que se me vienen a la cabeza si pienso en ella. Una engañifa donde el director juega al gato y al ratón con los espectadores, y no sabemos si la película es lo que estamos viendo o la peli que se rueda dentro.

Porque Los abrazos rotos es la historia de un director de cine que en accidente de tráfico pierde la vista y que, al tiempo que cambia de nombre, se convierte en otro hombre. Y la historia de una mala actriz, pequeñoburguesa y arribista, que se casa por dinero con un empresario de la España del pelotazo. Y del hijo gay del empresario, que la toma con el director antes mencionado, el cual a su vez cae fascinado en brazos de la mala actriz, a la sazón protagonista de su mala película. Y la historia de la fiel amiga y colaboradora del director, y de su hijo, cuyos ojos nos narran la historia dentro de la historia.

Muy al estilo Almodóvar, con una narración muy medida, interesante a lo largo de todo el metraje, llena de color y de golpes de efecto, me trae a la cabeza los melodramas hollywoodienses de los años cuarenta donde la pasión y los sentimientos manaban subterráneos y nunca llegaban a brotar del todo. Humorística en el rodaje de la película dentro de la película, Chicas y maletas (nos recuerda al Almodóvar más alocado de Mujeres al borde...). En un Madrid cinematográfico como siempre, por sus callejuelas alrededor del Viaducto. Y con un estupendo reparto del que sobresalen Lluis Homar, contenido en un complicado papel, y la grandiosa Blanca Portillo, sin desmerecer el trabajo del siempre eficaz Alberto Iglesias a los pentagramas...


No hay comentarios: