6 de abril de 2009

Clásicos de la cinematografía universal IV

Esta es la historia de un noble destronado, de un vengador de los pobres y desheredados, la historia mítica y de leyenda de un conde convertido en proscrito, de un héroe intrépido fiel a su Rey y dispuesto a combatir a los usurpadores, por su honor y por Inglaterra.

Dirigida por Michael Curtiz en 1938, Robin de los Bosques es, sin lugar a dudas, una de las películas de aventuras más fabulosas y espectaculares de toda la cinematografía universal. Intrépida, divertida y llena de color, costó la friolera de ¡2 millones de dólares! de 1938. Se rodó en Technicolor, en un sistema sumamente complicado y en un tiempo en el que el común de los filmes se rodaban en blanco y negro.

Curtiz, que filmaría un buen puñado de grandes películas como Casablanca, Capitán Blood, El halcón del mar, Elizabeth y Essex, Ángeles de caras sucias, Sinhue el egipcio o El cantor de jazz, llegó casi de rebote al proyecto. Sin embargo, su impronta en el filme fue decisiva y hasta el día de hoy percibimos su influencia cinematográfica (véase, sin ir más lejos, los continuos homenajes que le hace Spielberg en muchos de los planos y recursos visuales en las distintas películas de la saga de Indiana Jones...).

El director, nacido en Budapest, contó con un reparto que do lo mejor de si mismo, empezando con un más gallardo y apuesto que nunca Errol Flynn; la dulce pero no exenta de carácter Olivia de Havilland, y los dos villanos Basil Rathbone (mítico Sherlock Holmes) y Claude Rains (más conocido por su papel de gendarme corrupto en Casablanca), acompañados de unos secundarios inolvidables. La película se llevó 3 de los cuatro Oscars para los cuales estaba nominada, entre ellos el de mejor banda sonora a la partitura del célebre compositor Erich Wolfgang Korngold. Ojo, en un año en que también estaban nominadas Capitanes intrépidos, Ha nacido una estrella, o La pícara puritana...ahí es nada.

Aquí os dejo la escena final con Robin luchando a capa y espada contra Sir Guy y esas maravillosas sombras reflejadas en los muros de piedra...


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