Otro creador de sueños, ambientador inevitable de aventuras, trovador musical de dramas. Uno de esos narradores que en vez de contar con palabras, describen y acompañan con notas, uno de los más grandes compositores de la Historia del Cine, así con mayúsculas, fue John Barry.
Compositor británico fallecido, a los 78 años, en 2011, al que muchos recordarán por la banda sonora de la maravillosa y romántica Memorias de África, pero que ya era mundialmente famoso por haber sido capaz de pergeñar ese pegadizo tema de James Bond.
El joven John ya parecía predestinado al mundo musical del celuloide. Su padre poseía la cadena de cines de su ciudad de origen, York, donde él fue proyeccionista en sus años mozos.
Cinco oscars cosechó este grande entre los grandes en una carrera musical, para cine y televisión, caracterizada musicalmente por ese uso tan particular y lírico de las cuerdas y de los vientos.
Con anterioridad ya había aprendido a tocar la trompeta y el piano, así que no es extraño que tocara en una banda de jazz local, hasta su marcha al servicio militar (donde por cierto, y como era previsible, se enroló en la banda). En los años 50, antes de que le surgieran sus primeras oportunidades en el celuloide, fundó un grupo musical The John Barry Seven. Y alcanzó una notable popularidad en el Reino Unido.
Cinco oscars cosechó este grande entre los grandes en una carrera musical, para cine y televisión, caracterizada musicalmente por ese uso tan particular y lírico de las cuerdas y de los vientos.
¿Cómo no acordarse, como os decía de la música que narraba aquella historia de una europea en África?
Hasta 12 bandas sonoras para la saga de Bond compuso John Barry. El rostro de Bond cambiaba pero no su oído. JB supo construir el sonido Bond, sensual y jazzístico. Una buena muestra es el electrizante tema de Goldfinger con la incomparable Shirley Bassey (fijaos bien en ella, creo que merece un post aparte..).
Otra muestra posterior es el nuevo sonido Bond a partir de la película Desde Rusia con amor, igualmente distintiva y difícil de olvidar.
Pero como os decía, John Barry fue responsable también de otras bandas sonoras oscarizadas como la muy emocionante Nacida libre (1966), El león en invierno (1969) o Bailando con lobos (1990) por citar algunas de las obras maestras de este excepcional compositor.
Extenderme en su prolija y preciosa obra sería absurdo. Os dejo un extenso vídeo del homenaje que se le hizo en el Royal Albert Hall en junio de 2011, a los pocos meses de su muerte, con la participación de muchos de sus amigos y una hemosa selección de sus obras para escuchar y seguir escuchando hasta la saciedad.