La Fundación Mapfre expone estos días en Madrid, en su sala del Paseo de Recoletos (y hasta el 15 de mayo de 2011), una excepcional muestra de obras románicas procedentes del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). El motivo de la exposición es la reforma que está acometiendo este museo, lo que nos ofrece la oportunidad de disfrutar, a escasos centímetros y en un montaje que realza toda la singularidad de las piezas, un recorrido sorprendente por pintura, escultura y trabajos de orfebrería de los siglos XII y XIII.
La particularidad, en mi opinión, de esta muestra, es que proporciona una imagen del Medievo muy alejada del estereotipo de época oscura, deprimida y culturalmente pobre. Más bien al contrario, los siglos XII y XIII dejaron un legado extraordinario en las iglesias de la Cataluña pirenaica, que milagrosamente se conserva hasta nuestros días. Los baldaquinos, los frescos arrancados de los muros, las tablas de altar, se despliegan como tebeos antes nuestros ojos, llenas de expresividad y vibrantes de color. Personalmente, yo no había visto ni en España ni fuera de ella, un catálogo tan rico e inesperado como las pinturas que aquí se exhiben.
Los Pantócrator con tetramorfos o los doce apóstoles, seducen con sus grandes ojos, sus túnicas plenas de rojo, verde y azul y marcados trazos negros delimitando claramente los espacios de color. Lejos del hieratismo, la rigidez y la falta de naturalidad que en cierta medida, predominan en los modelos pictóricos y escultóricos de la época, estas pinturas nos conmueven desde la suficiencia que sus casi mil años les conceden.
http://www.exposicionesmapfrearte.com/romanico/
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