16 de febrero de 2011

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La Gala de los Goya suele ser un tostón. 

En 2010, año en que Buenafuente se hizo con la presentación del acto, mejoró sustancialmente su nivel, y el catalán estuvo a la altura de su reputación, picante, ingenioso, mordaz.. Creo que la gala batió todos sus records de audiencia televisiva...

No sabemos si este año se le mojó la pólvora o le impusieron la mordaza (lenguas anabolenas susurran a voz en grito, por los ciber-mentideros, que el discurso de Alex de la Iglesia que TVE subió a su web, estaba censurado...) o si es que simplemente, había cambiado de guionista. 

 El caso es que en 2011, y para no malacostumbrarnos demasiado, la "fiesta del cine español" volvió por sus (plúmbeos) derroteros. No obstante, nos dejó una "goyita" autoparódica y autoreferenciada, como la que os muestro a continuación...

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