En la última película de Stephen Frears, Tamara Drewe (Gemma Aterton) es una periodista, aspirante a escritora, que vuelve desde Londres a su pueblo natal con la intención de reformar y vender la desvencijada casa familiar. El regreso de Tamara, que siendo la misma, ya no es la que era, altera la vida del pueblo, desde los vecinos que la vieron crecer, hasta dos adolescentes gamberras con ganas de aventura, pasando por un puñado de escritores que se esconden en la aldea, buscando a partes iguales, refugio e inspiración para sus obras.
La película es una comedia coral poco complaciente, con personajes deslenguados y descarnados, y buenas dosis de mala leche y sarcasmo, con un final inesperado, y que difícilmente os dejará indiferentes. El eslógan escogido por los carteles originales no puede ser más elocuente: "No se puede disfrutar del campo, sin ensuciarse un poco". Pues eso.
Buen trabajo de todos los actores, poco conocidos en España.
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