3 de diciembre de 2009

Clásicos de la cinematografía universal VI

A 168km al sudeste de Berlín en la ruta hacia Breslav (Polonia)  y entre discretos pinares, el Tercer Reich estableció Stalag Luft III, uno de sus numerosos campos de prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial. La peculiaridad de este campo es que estaba destinado a oficiales. Así, sus principales ocupantes eran militares pertenecientes a la RAF británica, hasta que las incursiones norteamericanas en Europa se hicieron tan frecuentes que obligaron a los ingleses a compartir el espacio con miembros de las USAF. Dividido en varios sectores, en  abril de 1943 tuvo que ampliarse. El campo estaba rodeado por dos altas hileras paralelas de alambre de espino con una separación entre si de un metro y medio y este espacio cubierto con rollos de alambre. Cada pocos metros se situaban unas torres de vigilancia de unos 5 metros de altura donde se controlaba un hilo situado a diez metros antes de la alambrada, que no se podía traspasar. A pesar de todas las precauciones tomadas y de la fuerte seguridad, la noche del 24 al 25 de marzo de 1944, Stalag Luft III asistía a un hecho singular. Seiscientos oficiales ingleses y americanos habían trabajado durante un año para planear y ejecutar la mayor evasión de la historia militar. 
Este hecho histórico inspiró una singular película que en mi opinión, es una de las más interesantes y entretenidas del género bélico. La Gran Evasión (1963) de John Sturges nos contaba a lo largo de sus extensos 172 minutos, las peripecias de estos héroes, mostrándonos un fresco de personajes inolvidable, desde el topo-aviador que sufría la imperiosa e inevitable necesidad de evadirse, al norteamericano chulo aficionado al béisbol, pasando por una extensa gama de tipos difícil de olvidar, incluido un Comandante nazi  que concitaba todas nuestras simpatías. 

Claustrofóbica cuando excavaban los túneles; cómica en la descripción de la vida cotidiana en el campo; ingeniosa en las argucias para escaparse; con un pulso narrativo lleno de suspense y de ritmo sostenido; grandiosa en la elección del formidable reparto que incluía a Richard Attenborugh, James Coburn, Charles Bronson, Steve McQueen, James Garner o Donald Pleasence, por citar algunos, La Gran Evasión es, simplemente, una película con mayúsculas que no pierde la frescura visionado tras visionado. Y con una de las bandas sonoras más célebres de toda la historia, del genial Elmer Berstein.






Dedicado a J.



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