Mirad a esta belleza.
La exquisita y hermosísima actriz británica Rachel Weisz.
Inocente y turbadora.
Desnuda pero oculta.
Preciosa, virginal y a un tiempo diabólica.
Llena de vida, lozana, una promesa llena de encantos ofreciendo la tentación y la muerte.
Esta fotografía resume bien, a mi juicio, el espíritu que palpita en las dos exposiciones que han organizado el Museo Thyssen Bornemisza y la Fundación Caja Madrid bajo el título de Lágrimas de Eros. Dos muestras complementarias con pinturas, videoinstalaciones, fotografías y esculturas que indagan en la oscura relación entre Eros y Tanatos, entre el erotismo y la muerte.
La teoría de Georges Bataille cuyo libro inspira esta exposición es bastante filosófica, incluso psicoanalítica. y me considero incapaz de ilustraros sobre ella. Sin embargo no es difícil aceptar que a menudo placer y dolor se confunden y que, cuando posamos nuestros ojos en alguna de esas maravillosas tallas de imaginería barroca representando mártires y santas en éxtasis, podemos dudar de la naturaleza de sus sentimientos...También se evidencia la relación entre lo erótico y lo sagrado o religioso. Y la íntima relación existente entre lo erótico y la transgresión, sin la cual, a menudo, no existiría tal erotismo.
Interesante como reflexión, si no tanto como compendio de obras heterogéneas de diversas procedencias y de desigual calidad. Me han llamado en particular la atención las pinturas de Franz von Stuck, un artista al que no conocía y que entronca directamente con la obra de Gustav Klimt. Creo que sus pinturas encarnan lo perverso llevado a un lienzo. Me ha encantado el vídeo de Beckham, todo un icono de la cultura popular, durmiendo como un Apolo desprevenido. Y esos lienzos con una idealizada Cleopatra, languideciendo seductora, víctima del letal bocado del áspid en su garganta...
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