17 de abril de 2009

Que la fuerza nos acompañe...



No os preocupéis, que voy a hablar de La guerra de las galaxias únicamente de forma tangencial (y eso que es una de mis pelis favoritas) porque de lo que hoy quiero hablar, en realidad, es de la música clásica de nuestro tiempo, aquélla que a menudo desoímos o que, embobad@s por las imágenes y concentrados en la acción reflejada en la pantalla grande, somos incapaces de percibir...

Creo recordar que la primera vez que oí una de sus partituras, me eché a llorar...Fue a la tierna edad de 7 añitos; yo ya era una cinéfila en potencia, y, en un oscuro cine de barrio, me encontraba rodeada de montones de niños y niñas que, igualmente conmovid@s, lloraban como yo. No era Bambi, no - otra película que me produjo gran impacto -: era E.T... Por aquel entonces, y hasta mucho más tarde, no sería capaz de hacerme a la idea, de caer en la cuenta, de que lo que me provocaba la catarsis en una anónima y desvencijada butaca, rodeada de desconocidos, no era el largometraje sino la música. Esa que se metía a traición por mis oídos y roía sin piedad mis sentimientos.

Asocio algunos de los mejores momentos de mi vida a momentos pasados en la penumbra, en la más absoluta concentración, mirando a una pantalla de cine. Y recuerdo la huella, el impacto, la impresión que determinados filmes me han causado. Y la impresión no sería tal sin el concurso de partituras magistrales, de pentagramas imprescindibles que han convertido esas películas en lo que son: clásicos de la cinematografía universal. ¿Quién no recuerda El Padrino con las bandurrias de Morricone? ¿Cómo no asociar Lawrence de Arabia con esa delicia de Maurice Jarre? ¿Y Zhivago?¿Y el Memorias de África de John Barry...? Las grandes películas enmudecerían, empalidecerían, sin la música que las convierte en simplemente memorables...

De todos los compositores cuya obra asociamos a la pantalla grande, no puedo menos que destacar a uno de entre mis favoritos: John Williams.

Nacido en 1932, todavía en una envidiable actividad, con cara de viejo bonachón, este norteamericano es responsable de algunas de las melodías más universales de la cultura popular de los últimos 30 años. Acumula en sus vitrinas 45 nominaciones al Oscar y 5 estatuillas, entre otros muchos galardones, lo que le convierte en el compositor quizás más respetado del cine norteamericano. Su música se distingue por una rara habilidad para amalgamar los temas épicos, marciales, con lo lírico, lo poético y lo mágico. Tiene una obra extensísima pero quizás su celebridad de viene de la mano de George Lucas (la saga de Star Wars) y en particular, de Steven Spielberg, para quien ha hecho sus trabajos más populares: ET, Superman, la saga de Indiana Jones, Tiburón, Memorias de una geisha, La terminal, la saga de Parque Jurásico, La lista de Schindler...

En realidad, sólo nos queda poner un cd, disfrutarlo y desearle una larga vida... Os dejo un video de un concierto que dio...



2 comentarios:

Banyuken.es dijo...

A mi también me encanta John Williams, tengo que aclararlo, pero... http://itgirl.wordpress.com/2009/03/06/2473/

eMe dijo...

Jodo! Esto no lo sabía yo...