22 de diciembre de 2008

Grandes del violín, y tres...

Esta semana he completado la trilogía de grandes violonistas de los Ciclos regulares de conciertos de la Orquesta Nacional de España en 2008, con la visita al Auditorio Nacional y en su primera colaboración con la OCNE, del prodigioso Vadim Repin.

Repin, un siberiano de 37 años, fue definido por Yehudi Menuhim como el violinista más perfecto que había oído nunca. Lo malo de este tipo de comentarios es que crea grandes expectativas entre el público que llena las salas, como ocurrió este domingo, para verle. Lo cierto es que Repin, personaje algo estirado, excesivamente divo, dio una lección de expresividad, de hondura y de virtuosismo en su interpretación del impresionante Concierto para violín y orquesta en re mayor, op.35, de Tchaikovski. Complicado escuchar violinistas de esta categoría en Madrid y a mi humilde criterio, ganó el desafío a los Bell y Shaham de los que hablaba en post anteriores, con solvencia. No me impresionaba tanto un violinista desde hace cinco o seis años, con una actuación memorable de Pinchas Zukerman, desde ese momento, uno de mis violinistas favoritos. No me extraña la celebridad que precede a este hombre.

El concierto se completó con la Décima de Shostakovich, una obra de difícil audición que requiere de varias escuchas para ser adecuadamente digerida... La obra da la impresión de estar a punto de estallar en cada momento, sin llegar a hacerlo...por momentos mágica, llegando a recordarme el Holst de Los planetas, pone de manifiesto todos los colores orquestales, como sólo los músicos rusos son capaces...

He buscado sin suerte a Repin interpretando este concierto pero a cambio, os dejo al muy hondo David Oistrakh dando una lección en el segundo movimiento, lírico, oriental, hermoso, del concierto de Tchaikovski.


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