Ayer se cumplieron tres años desde que empecé a publicar en este blog.
Casi se me olvida, casi se me pasa desapercibido, casi por pura inercia olvido que hace tanto tiempo que vengo escribiendo en él.
Como casi siempre, cuando llega el otoño, esta época dorada tan deseada por mí, siempre me da por pensar que debo cerrarlo, me entra la duda de si debo seguir, pienso que tal vez a nadie le importe si sigo o me paro, sólo a mí.
Será pura tontería, absurda costumbre, pereza de dejarlo, vanidad, soberbia o vaya usted a saber qué pero me cuesta cerralo, aunque cada vez tengo menos tiempo. Pido disculpas a todas las personas que lo leéis con asiduidad, que calculo sois pocas, pero merecéis el mayor de mis respetos. Sigo debatiéndome en aguas turbulentas pero oh, sin querer he vuelto a escribir.
Hoy me siento como la niña que echa los paraguas a volar. Va por todos/as vosotros/as pero sobre todo por mí.
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