14 de diciembre de 2008

El hombre en busca de sentido

Viktor Frankl nació en Viena en 1905 en una familia de origen judío. El hecho de que su familia hubiera alcanzado un cierto status social (no en vano, su padre, de extracción social humilde, llegó a ser Ministro) le posibilitó cursar estudios en la universidad, donde pronto se interesó por la psiquiatría y la neurología, especialidades que escogió de su carrera de Medicina.

El joven Frankl avanzó deprisa. Empezó a ejercer su profesión en 1933, y después de unos años trabajando en el ámbito privado, llegó a dirigir el departamento de neurología del hospital Rothschild de su ciudad entre 1940 y 1942. Ya en 1925, el vienés se destacó por la organización de Centros de Consulta para los jóvenes afectados por las consecuencias del conflicto bélico. Su vida parecía completa tras contraer matrimonio en 1941.

Sin embargo, el Austria de 1942 no era un lugar seguro para un judío. En otoño de 1942, junto a su esposa y a sus padres, fue deportado al campo de concentración de Theresienstadt. Dos años después, fue trasladado a Auswitchz y posteriormente a Kaufering y Türkheim, dos campos de concentración dependientes del de Dachau. Fue liberado en abril de 1945 por el ejército norteamericano. Frankl sobrevivió al Holocausto, pero tanto su esposa como sus padres desaparecieron en los campos de concentración. A su liberación, Viktor Frankl regresó a Viena y publicó El hombre en busca de sentido, sin duda uno de los libros más extraordinarios que yo haya leido. En esta obra, en la que narra sus propias experiencias como psicólogo durante su cautiverio, asistimos a todo un proceso de adaptación a una realidad que sobrepasa los límites de lo humano, al desarrollo de las más elementales estrategias de supervivencia y en definitiva, al sostén por la fé y la esperanza. El mensaje es conmovedor y da mucho que pensar. Curiosamente, Sin destino, de Imre Kertesz, (que también sobrevivió al Holocausto y atravesó experiencias similares) , aun siendo un libro totalmente diferente al de Frankl, me sugirió diversos paralelismos con lo narrado en El hombre en busca de sentido.

La logoterapia, es la teoría por la cual Viktor Frankl está considerado en nuestros días como el psicoterapeuta más destacado del siglo XX, y el fundador de la tercera escuela de Viena.


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