25 de abril de 2010

Un hombre soltero

A single man supone el debut cinematográfico del afamado diseñador de Gucci, Tom Ford. Confieso que fui a verla no sin cierto escepticismo. Había leído críticas dispares y presentía que el filme resultaría un insustancial ejercicio de esteticismo, crujiente pero relleno de aire.

En tres palabras, A single man narra la historia de George Falconer (Colin Firth), cincuentón profesor de la facultad en la California en los años 60 y homosexual que en el arranque de la película, acaba de sufrir la pérdida de la que fue su pareja durante 16 años, Jim (Matthew Goode). George está en una encrucijada y debe decidir cómo seguir adelante con su vida, con el apoyo de su fiel amiga Charly (Julianne Moore), en una sociedad que oprime veladamente la homosexualidad. 

Película dura y triste por momentos, con una cuidada producción y un esteticismo en el que efectivamente, Tom Ford se recrea - lo que a veces puede lastrar un poquito el largometraje -, A single man cuenta con una impresionante interpretación de un destrozado y perdido Colin Firth (Copa Volpi en el Festival de Venecia a la mejor interpretación masculina y premio al mejor actor masculino en los BAFTA, entre otros numerosos galardones) y una conmovedora y patética Julianne Moore.  

Una narración en flashbacks en blanco y negro y una banda sonora inquietante que subraya los estados de ánimo del protagonista, y un puñado de momentos memorables como aquél en el que George recibe una llamada por teléfono para comunicarle la muerte de Jim o la cena con Charly. 

Película muy recomendable a pesar de los aspectos a pulir (ese cameo inexplicable de Jon Kortajarena,  hombre de indudables atractivos físicos pero poco dotado para la interpretación), y promesa de nuevas películas si Tom Ford  se decide a sustituir dedales por celuloide.

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